Cuando se analiza la primera parte del postulado maderista que exigía que la democracia fuera una realidad en México: “Sufragio Efectivo, no reelección” debemos considerar que esta efectividad no solo implicaba que, sin importar el sentido del voto, este se tenía que respetar; no, la efectividad del sufragio va mucho más allá del simple resultado mayoritario de una elección.