NÚMERO 8

Derecho humano a la educación durante la pandemia ¿Qué retos se han enfrentado?

Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha comenzado.”

Epicteto de Frigia

El suscrito siempre pondrá de relieve los Derechos Humanos de todas las personas y en todos los ámbitos de sus vidas.

Partimos de que el Derecho Humano a la Educación comprende el aspecto de ser el instrumento que permite a las personas que se encuentran social y económicamente marginadas a salir de una condición de pobreza y participar de manera plena en todos los aspectos de sus vidas. En contrario sensu, las personas que tienen un nivel educativo con estándares mínimos aceptables adquieren niveles de comprensión, sensibilidad y empatía hacia las diferencias o deficiencias educativas de las otras personas con las que conviven, lo que permite que se minimicen los contextos de violencia y discriminación. Se itera que la educación es una herramienta social que permite y fomenta la armonía en la convivencia entre las personas, el acceso a mejores niveles y condiciones de vida, así como a elevar y mantener los estándares de una vida digna, de ahí su importancia y relevancia en todo aspecto de nuestra existencia.

 

¿CÓMO VA LA EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA?
El 12 de julio de los corrientes en una declaración conjunta por parte de la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, y de la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay se sentenció lo siguiente:

“LA REAPERTURA DE LAS ESCUELAS NO PUEDE ESPERAR”.

La pandemia provocada por el virus SARS CoV-2 / COVID-19 ha dejado un saldo de 114 millones de estudiantes ausentes de las aulas de América Latina y el Caribe, números alarmantes a un año después del comienzo de la pandemia, donde América Latina y el Caribe siguen siendo la región del mundo con el mayor número de estudiantes que aún no asiste a las aulas. Los niños y niñas de esta región han perdido en promedio 158 días de clases presenciales, lo cual, en palabras de Jean Gough, Directora Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe ha señalado que:

“Esta es la peor crisis educativa que ha enfrentado la región en su historia moderna. Muchos niños y niñas ya han perdido un año de escolarización presencial; ahora empezaron a perder otro año más. Cada día adicional sin clases presenciales pone a los niños y niñas más vulnerables en riesgo de abandonar la escuela para siempre”.

La gravedad sobre la educación en tiempos de pandemia se incrementa con el pronóstico del Banco Mundial, en el que refiere que es posible que el 71 por ciento de los estudiantes de educación secundaria inferior, en América Latina y el Caribe, no serán capaces de entender un texto de extensión moderada. Antes de la pandemia, la cifra era del 55 por ciento. Ese porcentaje podría aumentar al 77 por ciento si las escuelas permanecen cerradas durante tres meses más.

Así las cosas, la UNESCO y la ONU han urgido a México a implementar mayores y más eficaces políticas públicas para evitar la deserción infantil de las aulas virtuales y por ende de las presenciales cuando ese retorno se de sin peligro para los estudiantes. Sin que se soslaye, que la carga y responsabilidad educativa de los estudiandos pesa hoy más en los hombros de madres, padres, abuelas, abuelos o tutores, que dentro del contexto de la pandemia les han obligado a endeudarse mediante la adquisición de equipos de cómputo, celulares, tabletas digitales, televisores y conexiones de internet más rápidas, en cuyo caso tampoco podemos perder de vista que muchos hogares en México tienen más de una hija o hijo, en cuyo caso, se requeriría de más de dos dispositivos para que cada estudiante tuviera acceso a lo que se considera un derecho humano generalizado, sin discriminación y de acceso universal como lo es la educación.

Sin estos insumos por parte de los estudiandos, se incentiva una deserción escolar que lacera aún más sus posibilidades de aprendizaje, convirtiendo la educación en un sistema elitista y discriminatorio, en el que las personas con un mayor nivel adquisitivo, tienen mayores oportunidades para acceder una educación digitalizada y a distancia en la que aún estará por evaluarse si se trata de una educación de calidad o no.

¿Y EL ADIESTRAMIENTO PARA EL PERSONAL DOCENTE EN TIEMPOS DE PANDEMIA?
Desde el punto de vista de la docencia, partimos del contexto de que México, se adelantó en el uso de las herramientas digitales en materia educativa y de Teletrabajo. Según Douglas Montalvao, Director General de Adobe en México: señaló que: “la pandemia del covid-19 en México sirvió para que algunas empresas implementaran su transformación digital a pasos agigantados, llevándolas a hacer en solo tres meses, lo que les hubiera llevado tres años”, asimismo afirmó que:

“MUCHA GENTE VA A VIVIR QUIEBRAS, DESPIDOS, Y NO HAY OTRA SALIDA, ES UNA REALIDAD”

Porque la realidad digital en el contexto de la pandemia sigue exponiendo desigualdades provenientes de la urgente implementación de Teletrabajo y del uso de Plataformas Digitales, pero sobre todo de mano de obra calificada en el uso de estas plataformas y modalidades laborales.

Por su parte la Ley Federal del Trabajo contempla a la figura del adiestramiento en su artículo 153-C el cual a un año de la Pandemia que asola al País, debió haber sido provisto a toda la docencia del País, ya sea que labore en instituciones públicas y/o privadas. Dicho artículo sigue así:

“Artículo 153-C. EL ADIESTRAMIENTO TENDRÁ POR OBJETO:
• I. ACTUALIZAR Y PERFECCIONAR LOS CONOCIMIENTOS Y HABILIDADES DE LOS TRABAJADORES y proporcionarles información para que puedan APLICAR EN SUS ACTIVIDADES LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS que los empresarios deben implementar para incrementar la productividad en las empresas;”

Bajo este panorama, fueron obligaciones de patrones de los sectores públicos y privados de la comunidad educativa el proveer de un adiestramiento equitativo a toda la base docente en el uso de nuevas teconologías, es decir, de aquellas personas que se dedican a la docencia en la modalidad de Teletrabajo y que emplean diversas herramientas digitales para la enseñanza. Esta obligación fue y sigue siendo igualitaria para todos los niveles.

Sin embargo, una pregunta por demás frecuente es la que señala aquella de cómo recibir ese adiestramiento si no se cuentan con los insumos necesarios. La respuesta la encontramos en una de las más recientes reformas a la Ley Federal del Trabajo en la que se incorporó la figura de Teletrabajo que estableció en su artículo 330-E, específicamente en sus fracciones I, III, V y VIII en la que determinó obligaciones específicas para los patrones de quienes se desempeñan en la docencia, esas directrices establecen la obligatoriedad de:

“Artículo 330-E.- En modalidad de teletrabajo, LOS PATRONES TENDRÁN LAS OBLIGACIONES ESPECIALES SIGUIENTES:
I. PROPORCIONAR, INSTALAR Y ENCARGARSE DEL MANTENIMIENTO DE LOS EQUIPOS NECESARIOS PARA EL TELETRABAJO como EQUIPO DE CÓMPUTO, SILLAS ERGONÓMICAS, IMPRESORAS, entre otros;
III. ASUMIR LOS COSTOS DERIVADOS DEL TRABAJO A TRAVÉS DE LA MODALIDAD DE TELETRABAJO, incluyendo, en su caso, el PAGO DE SERVICIOS DE TELECOMUNICACIÓN Y LA PARTE PROPORCIONAL DE ELECTRICIDAD;
VI. RESPETAR EL DERECHO A LA DESCONEXIÓN DE LAS PERSONAS TRABAJADORAS EN LA MODALIDAD DE TELETRABAJO AL TÉRMINO DE LA JORNADA LABORAL;
VIII. ESTABLECER LOS MECANISMOS DE CAPACITACIÓN Y ASESORÍA NECESARIOS PARA GARANTIZAR LA ADAPTACIÓN, APRENDIZAJE Y EL USO ADECUADO DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN DE LAS PERSONAS TRABAJADORAS EN LA MODALIDAD DE TELETRABAJO, con especial énfasis en aquellas que cambien de modalidad presencial a teletrabajo.”

Vale la pena que nuestras lectoras se pregunten si se les ha proporcionado el adecuado adiestramiento en las formas que la modalidad de Teletrabajo exige. Porque de no ser así, sepa usted que no se encuentra obligada para “ponerse la camiseta” a favor de su contratante, que no tiene que aceptar frases como: “entiende que está difícil la situación y que necesitamos de tu apoyo”, que “hay gente que sí apoya sin que se le pida”, porque usted cumple con sus obligaciones laborales y que por ellas devenga y recibe un salario, por lo que sus patrones también tienen la obligación de cumplir con lo que la Ley Federal del Trabajo les exige. Porque debemos comprender que en la medida en que las personas cumplamos con las responsabilidades que nos atañen, las cosas fluirán en mayor armonía, cuyos beneficios además de ser personales, permean en la vida de todas y de todos.

A modo de conclusiones, es cierto que la pandemia expuso la gran desigualdad digital que se vive en México, en la que muchas empresas han quebrado, por lo debilitado de sus esquemas financieros y tecnológicos, pero de igual manera, el incremento en la productividad de estas empresas, reposa en el adecuado adiestramiento y capacitación de su base trabajadora. Sólo en un esfuerzo conjunto, en la toma de decisiones y al asumir responsabilidades propias, se podrá evitar un escenario catastrófico de deserción escolar, de pérdida de trabajos por falta de capacitación y de abandono de las aulas en perjuicio de los estudiandos. Que el panorama al ser desolador, no nos debe dejar en el ostracismo, sino en identificar las áreas de oportunidad, en donde en conjunto formulemos propuestas y desarrollemos soluciones eficaces para el bienestar de todas y de todos.


Así las cosas, se deja a su gentil reflexión que los programas de educación a distancia deben continuar y ampliarse para llegar a más y más niños y niñas, pero que nunca sustituirán la escolarización presencial en el aula con un docente, especialmente para los estudiantes más vulnerables.

Cierro esta colaboración con las palabras del escritor y periodista estadounidense Mark Twain:
“Nunca he permitido que la escuela entorpeciese mi educación.”

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