El incremento de la población adulta está plenamente identificado como uno de los grandes retos actuales del país. Aunado a ello pre-existe un estereotipo nada positivo sobre los adultos mayores en nuestra sociedad. Se les ubica como individuos de salud deteriorada y con una sensible disminución de sus capacidades mentales, con altos niveles de dependencia, no productivos. Esta forma de percibirles pone en riesgo su bienestar y calidad de vida.
Clave la educación al adulto mayor
En México es a partir de 1980 cuando inicia operaciones el Instituto Nacional de la Senectud (INSEN) en esas fechas la población de adulto mayor representaba el 6.15% del país, alrededor de cuatro millones de personas. En un documento emitido por el INSEN señalaba que se tenía poco a nulo conocimiento sobre las condiciones físicas, psicológicas y sociales de los adultos mayores, esto no permitía tener una visión clara del impacto de marginación y vulnerabilidad en la que se encontraba este sector de la población mexicana. También indicaba que el llegar a esta edad era una disminución de posibilidades físicas, psicológicas y sociales.
Educación e integración social
El nivel educativo de la población es un indicador muy importante en la planificación de actividades de ocio y actitudes comportamentales como ejercicios, alimentación, apego a tratamientos, etc. Un bajo nivel educativo se asocia a una menor integración social y mayor riesgo de vulnerabilidad, y en caso contrario a mayor nivel educativo existe una mayor integración a los diversos espacios culturales disponibles.
Esto implica dar respuesta a una población de adulto mayor para que pueda estar más preparada culturalmente. Los espacios de educación constituyen un instrumento de integración social y enriquecimiento cultural de las personas mayores.
Educación y salud en el adulto mayor
En México hay un aumento potenciado de esta población lo cual esta y va a repercutir con un impacto a nivel económico, social y de salud que será arrollador para el estado. De acuerdo a datos del INEGI la población de 60 años y más pasó de 9.1% en 2010 a 12.0% en 2020. Se reconoce claramente que no se preparó adecuadamente para dar respuesta oportuna a esta demanda social. El adulto mayor requiere continuar con su formación “para toda la vida” puesto que su educación inicial no lo preparó para la vejez y actualmente si desea mejorar su proyecto de vida, requiere capacitarse en las temáticas que puedan suplir sus necesidades y encontrar espacios adecuados para hacerlo.
Todo esto impactará en la disminución de demanda de servicios médicos previendo enfermedades crónicas degenerativas, menor malestar emocional, y mayor autosuficiencia e integración social.
Psico – educación como prevención para un envejecimiento saludable
Las intervenciones preventivas constituyen una base para desarrollar proyectos de psico-educación atendiendo las conductas que se relacionan con los factores de riesgo implicado en las causas de morbi-mortalidad más frecuentes. La orientación actual del sistema educativo no incluye este grupo de población la cual tiene un enorme rezago constituyendo un enorme desafío para el sistema educativo nacional impactando en aspectos sociales y económicos para toda la población.
A través de incluir o implementar en los proyectos educativos un programa de psico-educación para el adulto mayor incorporados a las Universidades Públicas el cual presentara un panorama general sobre la teoría y funciones fundamentales de la psicología de la salud- considerando en todo momento que la misma es el resultado de factores bio-psico-sociales que son necesarios reconocer, conservar y mejorar, para la adquisición de hábitos de conducta que promuevan el equilibrio de las personas en su auto cuidado y el de su familia.
Al establecer dentro del sistema educativo nacional un programa de prevención a través de la psico-educación realmente se atiende la problemática central de la situación de vulnerabilidad que presenta la población adulto mayor, aunque hay voces que señalan las necesidades de esta población poco se hace para resolver este problema de fondo.
El punto central es incluir dentro de la normatividad del sistema educativo en México programas psico-educativos para esta parte de la población. El impacto a nivel social y económico para el país tendría enormes beneficios incluyendo la calidad de vida para los adultos mayores. Esto es en línea paralela con el proyecto educativo de la UNESCO 2030 y declaraciones sobre los derechos humanos en los diversos foros internacionales y nacionales.
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