En nuestra columna anterior comentamos que una persona moral es un grupo de personas que crean una organización que, por disposición legal se le asigna una “personalidad” distinta a la de sus integrantes y por tanto puede adquirir derechos y contraer obligaciones de manera independiente a sus integrantes. La finalidad principal de su creación es para realizar (i) una actividad económica [sociedad mercantil o sociedad civil o, (ii) una actividad no económica [asociación civil]. En este caso nos enfocaremos en las personas morales a través de las cuales se realiza una actividad económica.
Las sociedades mercantiles son las que mayor uso tienen puesto que a través de ellas se realizan actos de comercio como la venta de cualquier bien o producto. Por eso, los comercios como supermercados, distribuidoras de autos, cafeterías, panaderías, refaccionarias o empresas fabricantes de algún producto se encuentran constituidas de esta manera. Si bien, la ley reconoce la existencia de siete sociedades mercantiles, las más usuales son la Sociedad Anónima, la Sociedad de Responsabilidad Limitada y, la Sociedad por Acciones Simplificada.
Por otra parte, las sociedades civiles, son aquellas que se constituyen con fines económicos. Son distintas de las sociedades mercantiles porque en las sociedades civiles no hay operaciones de compraventa, es decir, de comprar o fabricar algo para revenderlo. Las sociedades civiles son para prestar servicios. Por eso los hospitales, consultorios médicos, despachos contables, de arquitectos, de abogados, etc; se encuentran constituidos de esta manera. Realizan una actividad económica pero no una especulación comercial, es decir, “comprar para revender”.
Debe tenerse en cuenta que las actividades que realizan las sociedades mercantiles y las sociedades civiles pueden llevarse a cabo de manera directa por cualquier persona física. Por eso, al momento de iniciar un negocio es necesario definir si se quiere tomar la responsabilidad directamente como persona física o como persona moral, ya que es aquí donde decides si trabajarás por cuenta propia o asociado con más personas.
Esto es una decisión de suma importancia, por lo que se recomienda buscar asesoría o consejo con algún abogado especialista en temas corporativos; o bien con un notario público, o corredor público.
En la siguiente entrega comentaremos sobre las características fiscales que implica el llevar un negocio como persona física o a través de una persona moral.
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