NÚMERO 7

De luchas, decepciones y esperanzas

El 18 de agosto de 2018, acudí junto a 4 amigos maestros, luchadores sociales todos, y además por invitación de ellos, a lo que fue la convención denominada EDUCADORES MEXICANOS CON MORENA, que diera lugar a la conformación de dicha organización.

Invité al evento al joven abogado Miguel, para que conociera ese tipo de reuniones y organizaciones, que sin duda alguna, años atrás habían influido en mi decisión de ejercer mi profesión dedicada especialmente a defender los derechos de los trabajadores de la educación. De este tipo de actos, surgió por ejemplo el PANAEC (programa alternativo de educación y cultura), del que hoy en día poco se habla.

Ya habían pasado, para ese momento, 4 años de haber dejado de ser asesor jurídico externo del CESD de la sección III del SNTE; sin embargo, ello no significaba mi separación del gremio, del que defiende la dignidad laboral en verdad.

En ese evento se tomaron diversos acuerdos, entre ellos, dar el voto de confianza y apoyo al presidente AMLO, y procurar la dignificación del docente, el normalismo y, claro la mejora educativa en todo su entorno.

Hoy, a casi 3 años de dicho evento, veo tristemente que lo que fue un posicionamiento magisterial, se ha convertido en uno solamente político, con más propaganda política partidista y en pro de candidatos, que consignas tendientes a continuar la lucha que por años se ha llevado en el sector.

La reforma educativa de 2019, sigue siendo neoliberal. La intención sigue siendo la misma: “QUE SE VAYAN LOS PROFES “VIEJOS” Y LLEGUEN NUEVOS”. Es evidente la intención, ahora la misma Secretaría de Educación lo expresa al señalar que buscarán convencer a los profes para que se retiren, claro, conviene tener nuevos profes, de otra madera. Pero además, conviene tener nuevos trabajadores, que tendrán menos paga, menos prestaciones, contratos temporales, pensiones raquíticas – si las alcanzan a tener- etc.

Ya no he visto la promoción del PANAEC. Realmente creí que con AMLO, se lograría implementar dicho esquema, que dista, de los programas neoliberales educativos actuales. Cuando supe de este, me convencí plenamente de que los maestros que trabajan en el cada verano, buscando tener una mejor o más amplia forma para dar instrucción a los alumnos, merecían tener aliados de otras profesiones, para defender sus causas, abogados por ejemplo.

Somos pocos los abogados que nos especializamos en el sector educativo. No en el derecho laboral o burocrático, en el sector educativo en todo su entender. Porque hemos luchado por años, junto al sector, no solamente para que mejoren las condiciones laborales, sino también las educativas que llegan a nuestros NNA.

Estoy decepcionado, hasta ahora, de que la lucha magisterial esté tan apagada. De que haya habido conformismo con la reforma de 2019, que no fue sino un simple maquillaje. De que se dejen pisotear en los concursos, y permitan la prohibición de una doble plaza que es UN DERECHO CONSTITUCIONAL.

Se conformaron también con la reforma laboral, en la que se democratizaron los sindicatos, sí, pero SE DEJÓ INTACTA LA LEGISLACIÓN BUROCRÁTICA, QUE ES DECIR, SOLAMENTE APLICA PARA SECTOR PRIVADO. El SNTE charro sigue riendo y gozando de sus formas y su complicidad.

Si esto sigue así, entonces pensaré que la imposición pretendida por los llamados neoliberales, ha ganado en la BATALLA.

Espero que los grupos combativos conformados para la democratización del SNTE, que velan por la defensa de los derechos adquiridos, de la justa pensión, de la verdadera mejora educativa, pronto despierten. La “AMLO-manía” no debe ser obstáculo, por el contrario, habrá que buscar los canales adecuados para ir de la mano de proyectos que realmente consigan la mejora educativa nacional, en todos sus rubros.

Ya se vio de este gobierno, como ha aceptado políticas de las llamadas neoliberales, como la aplicación de la UMA en pensiones, aplicada ilegalmente, y cabildeada con la Corte para meterla a raja tabla. O como el atraco que hay en el ahorro de retiro y vivienda de los trabajadores de la educación en BCS, 3 mil millones de pesos de sus ahorros, desviados a no sé dónde, y que el ISSSTE está permitiendo, solapando, pagar en abonitos, ¡vaya cosa!

Los resultados de las pasadas elecciones pueden situar las cosas de mejor manera, sin duda, pues basta con la voluntad de quienes lleguen para hacer las gestiones necesarias para resolver, o al menos subsanar poco a poco, todo lo erróneamente ejecutado contra el magisterio.

Estoy decepcionado pero también esperanzado; al menos yo, no me siento derrotado. Yo sí, y sé que otros colegas que también se han especializado en los derechos laborales de los trabajadores de la educación, seguiremos luchando junto a quienes quieran continuar procurando su dignidad profesional en el magisterio, y la mejora educativa de cada escuela, de la educación misma, en beneficio de nuestros niños.

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