NÚMERO 9
Acciones ante el riesgo de abandono y deserción escolar ¿por qué son importantes?
La deserción escolar es el proceso de alejamiento sucesivo de la escuela que culmina con el abandono permanente, por parte del estudiante en cualquiera de sus etapas; es decir el término se utiliza para hablar de aquellos alumnos que abandonan sus estudios por diferentes causas; entendiéndose por estudios a toda educación que se encuentra dentro del sistema educativo (primaria, secundaria, universidad, etc.).
Las causas de la deserción escolar que afectan al estudiante son multifactoriales y abarcan desde problemáticas propias del alumno, la familia, la institución e incluso factores sociales (entorno).
Factores personales: Comprenden aspectos motivacionales, emocionales, desadaptación e insatisfacción de expectativas.
Institucionales: Factores que tienen que ver con las posibilidades y oportunidades que la institución le ofrece al estudiante para comenzar o continuar con sus estudios.
Factores familiares: Desintegración familiar, composición familiar numerosa, problemas de salud, discapacidad o muerte, embarazo precoz del adolescente, alcoholismo y/o drogadicción en la familia, por mencionar algunos.
Factores sociales: Problemas con la justicia por verse involucrado con pandillaje o actividad delictiva a fin de solucionar sus problemas familiares o necesidades personales.
La pandemia del COVID-19 representa una amenaza para la educación mundial debido a su doble impacto, los cierres de los centros educativos de todos los niveles y la crisis económica provocada por la respuesta a la pandemia. Este doble impacto ya ha comenzado y se intensificará durante algún tiempo y es posible que traduzca en una elevada tasa de deserción entre la población educativa de nuestro país en los próximos años.
En México, según datos arrojados por una encuesta publicada en 2018 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el factor económico es uno de los elementos que se repite a lo largo de los años, lo es también la falta de interés o la creencia del alumno de no ser apto para continuar sus estudios ( se traduce en apatía) a estos sumémosle una variante nueva, la contingencia generada por el virus SARS-CoV-2, que vino acrecentar el número de personas que desertaron sus estudios.
De hecho la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020 elaborada por el mismo instituto, señala que al menos a 2.3 millones de personas entre 3 y 29 años no se inscribieron al ciclo escolar actual por causas directamente relacionadas con la pandemia mientras que para 2.9 millones de personas la falta de recursos económicos fue la principal causa y aunque en nuestro país la falta de recursos económicos es una causa añeja con la que generaciones han tratado de lidiar, la contingencia y las problemáticas derivadas de ella, son novedosas.
¿Pero que medidas están tomando las autoridades para prevenir la deserción?
Según la Secretaría de Educación Pública (SEP) se determinó que al inicio del Ciclo Escolar 2021-2022 se realizará un periodo de valoración diagnóstica y reforzamiento de aprendizajes, con el propósito de identificar posibles casos de ausentismo y evitar el abandono escolar, esto se sumará a las otras acciones realizadas para promover y coadyuvar a la seguridad, salud e higiene de la comunidad escolar.
En poco tiempo sabremos si estas medidas coadyuvan a resolver una problemática ampliamente conocida dado que la realidad no solamente en infraestructura educativa sino la que vive día a día el alumno en su entorno, es diferenciada dependiendo de las distintas zonas geográficas del país y en ese sentido las políticas implementadas deben ser distintas para atender a una Nación multicultural y multiétnica como la nuestra.
En la revista en versión digital que emite el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República y en la que en su edición # 38 de octubre-diciembre titulada “PLURALIDAD Y CONSENSO”, Los Retos Del Nuevo Gobierno En Materia Educativa; señala que de 100 alumnos que ingresan a la educación básica más del 80% no ingresan a la universidad.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) señala que desde 1917, la Constitución mexicana consagró a la educación como un derecho social y fundamental que tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano ya que con la educación se busca alcanzar el pleno desarrollo de las personas, en todas y cada una de las etapas de su vida, de manera que no se agota al culminar los estudios básicos, tiene un alcance progresivo y permanente en mujeres y hombres con la finalidad de perfeccionar sus capacidades, habilidades y destrezas, para alcanzar su máximo desarrollo, en ese sentido está reconocido que es una obligación de madres y padres educar a sus hijas e hijos y enviarles a la escuela, y, es deber del Estado otorgar protección al ejercicio de este derecho, conforme lo señala la legislación específica sobre la educación y el modo en que este derecho debe garantizarse a todos, por lo que cualquier medida tendiente a salvaguardar este derecho debe ser aplicada sin reparar en costos al erario debido a la importancia y trascendencia, ya que es condición esencial y potenciadora del desarrollo individual y del disfrute de otros derechos. Es tan determinante que, en caso de no garantizarse, resulta imposible resarcir el daño originado al individuo, en ese sentido resalta la importancia de obtener resultados positivos en la lucha por reducir y desde luego de abatir la deserción escolar.
https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2018/poblacion2018_nal.pdf
https://www.inegi.org.mx/contenidos/investigacion/ecovided/2020/doc/ecovid_ed_2020_nota_tecnica.pdf
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