Reconozco la labor de los docentes como elementos fundamentales en el progreso educativo de las niñas, niños, jóvenes y adultos estudiantes, por ello es importante que se reconozcan, respeten y protejan sus derechos laborales.
Ningún trabajador de la educación debería de estar ejerciendo sus actividades sin que reciba un salario justo y sin que se le integre al sistema de seguridad social, por lo que, desde mi primer día como gobernadora si así el pueblo de Baja California lo hiciera posible, veré por que estos derechos sean respetados y garantizados.
Parte de ello, es que el trabajador de la educación que no goce del beneficio de la estabilidad en el empleo, o que quiera promoverse dentro del Sistema Educativo, tenga acceso a ello por medio de procesos, regímenes y criterios justos, públicos, transparentes e imparciales, erradicando todo acto ilegal o deficiencia que de pie a malas prácticas e injusticias.
Es imperdonable que aquellos agentes encargados de guiar y formar a nuestros niños y niñas tengan un trato desigual ante la ley y la sociedad.
Estas acciones son la fuente para ver nacer la verdadera revalorización del magisterio.